“He aquí yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel”.
Éxodo 17:6
UNA ANCIANA MUY piadosa estaba pasando una prueba económica tan difícil que, en ocasiones, ni siquiera tenía para comer. Su vecino, un hombre malo que se jactaba de no creer en Dios, no perdía oportunidad para maldecir y burlarse de la fe de la anciana. No obstante la ancianita, con sus ventanas abiertas, oraba: “Señor, tú eres fiel. Has prometido darme el pan de cada día. No sé cómo lo harás, pero te doy gracias y te alabo con todo mi corazón”. Y su vecino la oía. Un día, cansado de escucharla, compró dos grandes bolsas repletas de alimentos y las llevó a casa de la ancianita: “Mire, ¡yo compré estos alimentos! Aquí los tiene a ver si deja esa fe absurda”. Entonces, la anciana comenzó a dar gracias a Dios. El hombre no lo podía creer: “! Qué Dios, ni Dios! Yo se los compré”. La mujer le contestó: “Le doy gracias a Dios ¡porque a veces usa hasta al diablo para cumplir sus planes!”
En Eclesiastés 2:26 dice: “… mas al pecador (Dios) da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios”.
Tal vez estás atravesando una gran dificultad. Has estudiado todas las posibilidades, pero no encuentras la solución. ¡No temas! Dios tiene fuentes imprevistas de recursos.
Él te sorprenderá sacando agua de una roca.
Preséntale a Dios tu necesidad, ¡y prepárate para el milagro!
Padre no sé como harás el milagro, pero creo con todo mi corazón que el milagro sucederá. En el nombre de Jesús, amén.
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En Cristo:
Henry M. & Esmeralda Reynoso
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